LITERATURA UNIVERSAL
Blog de Literatura Universal del IES Huelin (Málaga)
miércoles, 4 de mayo de 2016
miércoles, 30 de marzo de 2016
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jueves, 4 de febrero de 2016
sábado, 24 de septiembre de 2011
J. D. Salinger: cómo se engendra un monstruo
Fragmento del artículo de Manuel Vicent sobre Salinger aparecido en su serie Mitologías en el diario EL PAÍS el 24 de septiembre de 2011. Puede leerse aquí el texto completo en su contexto original.
No todos los escritores tienen la suerte de que un asesino, que acaba de cometer un crimen histórico, esté leyendo tu mejor novela en el momento de ser detenido. Es más. Hay que ser un autor privilegiado, bendecido por los dioses, para que el famoso asesino se llame Mark David Chapman, quien disparó cinco balas de punta hueca por la espalda a John Lennon, después de pedirle un autógrafo, en el vestíbulo del edificio Dakota de NY, el 8 de diciembre de 1980 y una vez vaciado el cargador del revólver 38 especial se siente tranquilamente en un bordillo de la acera a leer El guardián entre el centeno, esperando a que llegue la policía y en su descargo confiese que él no había hecho otra cosa que acomodar su vida a la de Holden Caulfield, protagonista de la novela. "Esta es mi confesión", exclamó Chapman exhibiendo el libro, mientras era esposado.
Las ventas de la novela de J. D. Salinger, ya de por sí millonarias, se dispararon una vez más. Una nueva oleada de lectores asaltó masivamente las librerías al saber que la historia llevaba una carga suficiente como para borrar del mapa a John Lennon, héroe de una rebeldía en la que se reconocían varias generaciones de jóvenes. En ese momento J. D. Salinger había hecho de su fuga y anonimato una de las obras de arte que consagran definitivamente a un escritor. Vivía refugiado en una granja de Cornish y llegar hasta él era una misión tan difícil como encontrar un mono en Marte, siempre que el explorador fuera un periodista, biógrafo, crítico literario o editor, pero no una jovencita admiradora o una becaria dispuesta a ser pasada por las armas. Mark David Chapman había asesinado a Lennon buscando la fama; en cambio J. D. Salinger se había hecho extremadamente famoso por no querer serlo y haberse convertido en un ser invisible.
miércoles, 29 de junio de 2011
El cuento medieval (Bocaccio y su época)
El cuento en la Edad Media fue un género muy fructífero y apreciado. Con origen en antiguas tradiciones literarias, el cuento evolucionó desde la intención didáctica hasta el entretenimiento de las nuevas clases burguesas.
La irrupción del cuento medieval
Durante la Edad Media aparecieron en las diversas lenguas europeas abundantes colecciones de relatos breves. Estos relatos o cuentos también aparecían, a menudo, insertados en otras obras de mayor extensión. La mayoría de los cuentos tenía, especialmente en su origen, una función claramente didáctica y moralizante: transmitían una enseñanza práctica, indicaban cómo actuar en determinada situación, o cuál era el comportamiento correcto en un momento concreto. El cuento medieval no pretende contener, pues, gran valor literario por sí mismo, sino narrar de forma lisa y sencilla una anécdota, a veces muy simple, de la que resulta fácil sacar una enseñanza o conclusión, frecuentemente explícita al final del cuento, en forma de moraleja.
Los relatos breves con intención didáctica se denominan ejemplos, apólogos o fábulas, si los protagonizan animales. Estos se acomodaban perfectamente al gusto medieval, por lo que solían ser incluidos en los sermones de los sacerdotes.
Durante el siglo XIV aparece una emergente burguesía en las ciudades medievales, que adquieren cada vez más importancia gracias al progresivo crecimiento de la población urbana. Este nuevo espíritu burgués aparece en dos autores de libros de cuentos: Boccaccio y Chaucer.
Boccaccio
En Italia Giovanni Boccaccio (1313-1375) escribe una colección de cuentos titulada El Decamerón, primera obra maestra de la narrativa italiana, que tendrá una influencia decisiva en los próximos siglos. Es una colección de cien cuentos, reflejo de la Italia del siglo XIV. La estructura de la obra es sencilla: a causa de la peste bubónica que arrasó Europa en 1348, siete muchachas y tres jóvenes huyen de Florencia y se refugian durante diez días (de ahí el título del libro: Decameron significa en griego 'diez días') en una finca de los alrededores y, para evitar el aburrimiento, se comprometen a contar una historia diaria.
Los cuentos que incorporan la colección tienen muy diversas procedencias. Los temas son también variados: algunos narran historias que tienen lugar en espacios lejanos y exóticos, otros -la mayoría- son de ambientación realista en la sociedad de la época. El tono también es muy diverso: hay cuentos cómicos, trágicos, líricos o eróticos. Los de mayor valor e interés son los de ambientación realista y enfoque humorístico: en ellos Boccaccio expone con gracia los vicios, debilidades y mezquindades de los hombres y mujeres de su época. A diferencia de anteriores tradiciones cuentísticas, Boccaccio no tiene ninguna intención moralizante.
Boccaccio contribuyó también al establecimiento de otros géneros literarios con obras como Ninfale d'Ameto y Ninfale fiesolano, que sirvieron de punto de partida a la literatura pastoril del Renacimiento; del mismo modo, en Fiammetta está el origen de la posterior novela sentimental. También escribió El Corbacho, una sátira contra las mujeres.
Texto extraído de Kalipedia.
La irrupción del cuento medieval
Durante la Edad Media aparecieron en las diversas lenguas europeas abundantes colecciones de relatos breves. Estos relatos o cuentos también aparecían, a menudo, insertados en otras obras de mayor extensión. La mayoría de los cuentos tenía, especialmente en su origen, una función claramente didáctica y moralizante: transmitían una enseñanza práctica, indicaban cómo actuar en determinada situación, o cuál era el comportamiento correcto en un momento concreto. El cuento medieval no pretende contener, pues, gran valor literario por sí mismo, sino narrar de forma lisa y sencilla una anécdota, a veces muy simple, de la que resulta fácil sacar una enseñanza o conclusión, frecuentemente explícita al final del cuento, en forma de moraleja.
Los relatos breves con intención didáctica se denominan ejemplos, apólogos o fábulas, si los protagonizan animales. Estos se acomodaban perfectamente al gusto medieval, por lo que solían ser incluidos en los sermones de los sacerdotes.
Durante el siglo XIV aparece una emergente burguesía en las ciudades medievales, que adquieren cada vez más importancia gracias al progresivo crecimiento de la población urbana. Este nuevo espíritu burgués aparece en dos autores de libros de cuentos: Boccaccio y Chaucer.
Boccaccio
En Italia Giovanni Boccaccio (1313-1375) escribe una colección de cuentos titulada El Decamerón, primera obra maestra de la narrativa italiana, que tendrá una influencia decisiva en los próximos siglos. Es una colección de cien cuentos, reflejo de la Italia del siglo XIV. La estructura de la obra es sencilla: a causa de la peste bubónica que arrasó Europa en 1348, siete muchachas y tres jóvenes huyen de Florencia y se refugian durante diez días (de ahí el título del libro: Decameron significa en griego 'diez días') en una finca de los alrededores y, para evitar el aburrimiento, se comprometen a contar una historia diaria.
Los cuentos que incorporan la colección tienen muy diversas procedencias. Los temas son también variados: algunos narran historias que tienen lugar en espacios lejanos y exóticos, otros -la mayoría- son de ambientación realista en la sociedad de la época. El tono también es muy diverso: hay cuentos cómicos, trágicos, líricos o eróticos. Los de mayor valor e interés son los de ambientación realista y enfoque humorístico: en ellos Boccaccio expone con gracia los vicios, debilidades y mezquindades de los hombres y mujeres de su época. A diferencia de anteriores tradiciones cuentísticas, Boccaccio no tiene ninguna intención moralizante.
Boccaccio contribuyó también al establecimiento de otros géneros literarios con obras como Ninfale d'Ameto y Ninfale fiesolano, que sirvieron de punto de partida a la literatura pastoril del Renacimiento; del mismo modo, en Fiammetta está el origen de la posterior novela sentimental. También escribió El Corbacho, una sátira contra las mujeres.
Texto extraído de Kalipedia.
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