viernes, 3 de junio de 2011

Las desventuras del joven Werther

Werther marca el comienzo no sólo del Romanticismo, sino de la literatura alemana propiamente dicha, que hasta entonces había subsistido a base de modelos franceses e ingleses.

La historia de un amor imposible que acaba en tragedia tenía su origen en una experiencia propia, pero Goethe supo proyectar en ella las inquietudes de la juventud de su época: exagerado sentimentalismo, angustia vital, comunión con la naturaleza... Eso explica su enorme éxito: su repercusión en las modas (vestidos, perfumes, abanicos, objetos de regalo...) y hasta en el comportamiento de los jóvenes (la novela fue condenada por la Iglesia porque al parecer su publicación desencadenó una ola de suicidios).

Goethe utilizó la forma epistolar entonces en boga, aunque sin el didactismo de Pamela y sin la multiplicidad de corresponsales de La nueva Eloísa, sus modelos más directos. En las cartas a un amigo, Werther nos ofrece los secretos más recónditos de su alma y su gradual evolución, desde la felicidad inicial a la desesperación y al suicidio. Pero no todo son confidencias amorosas; su correspondencia está salpicada de reflexiones sobre los más diversos temas: la educación de la infancia y la tiranía de los padres; la libertad e igualdad de los individuos; el derecho al amor y a la vida; la crítica a la religión y a la moral tradicionales... Estos temas tienen un evidente carácter ilustrado. Por ello, podemos hablar de Werther como una obra fronteriza que comunica La Ilustración con el Romanticismo. El libro asombra también por su lenguaje: preciso, armonioso, lleno de colorido e imágenes.

Argumento

Las desventuras del joven Werther se presenta como una colección de cartas escritas por Werther, un joven artista de temperamento sensible y apasionado, y dirigidas a su amigo Wilhelm. En estas cartas, Werther revela datos íntimos de su estancia en el pueblo ficticio de Wahlheim (basado en la ciudad de Garbenheim), donde queda encantado por las tradiciones simples de los campesinos. Conoce y se enamora de Lotte, una hermosa joven que cuida a sus hermanos después de la muerte de su madre. Desafortunadamente, Lotte ya está comprometida con Albert, once años mayor que ella. A pesar de la pena que esta relación le origina, Werther cultiva una amistad íntima con carLotte y Albert. Dicha pena lo obliga a abandonar Walheim para dirigirse a Weimar.

Allí conoce a la Fraulein von B. Sufre una gran pena al enterarse de que Lotte nunca va a ser suya y junto con un amigo se queja de su situación. Después regresa a Walheim, donde sufre más que nunca, parcialmente porque Lotte y Albert están casados. Cada día que pasa le recuerda que Lotte nunca podrá corresponder su amor. Con pena por Werther y respeto por su esposo, Lotte decide que Werther no debe visitarla tan frecuentemente. Él la visita por última vez y después de recitar un pasaje de Ossian, ambos se besan. Werther sabía, antes de este incidente, que uno de ellos —Lotte, Albert, o Werther— tenía que morir. Incapaz de hacerle daño a otro ser, Werther no ve más opción que su suicidio.


Después de escribir una carta de despedida (para que fuera encontrada después de su muerte), le escribe a Lotte pidiéndole dos pistolas con la excusa de que las necesitara para un viaje. Lotte recibe esta petición con dolor y le manda las pistolas, lo cual interpreta Werther como que ella aprueba su decisión. Luego, Werther se quita la vida.

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